Hoy os traemos una historia que, aunque es realmente triste, ha tenido un final bastante feliz. Una niña de 13 años que falleció de manera inesperada debido a una aneurisma cerebral, ha conseguido trasplantar sus órganos a nada menos que ocho personas, el mayor número en la historia del servicio de donación de órganos. Jemima Layzell era “encantadora, inteligente, divertida, compasiva y creativa”, dijo su madre, Sophie Layzell, de 43 años, nativa de Horton. La muerte de una hija debe ser algo indescriptible, pero al menos sus padres se quedan seguros de haber ayudado a un gran número de personas.

Apenas un par de semanas antes de su muerte en marzo de 2012, la familia conversó sobre la posibilidad de ofrecer sus órganos, ya que un amigo de la familia había en un accidente de coche. “Estaban en el registro, pero no podían ser donados debido a las circunstancias de su muerte”, dijo Sophie. “Jemima nunca había oído hablar de esto antes, y lo encontró un poco inquietante, pero entendió totalmente la importancia de ello”. A sus padres les resultó una decisión complicada, pero ahora están contentos de haberlo hecho.

El corazón de Jemima, el intestino delgado y el páncreas fueron trasplantados en tres personas; Otras dos recibieron sus riñones; Su hígado fue dividido e introducido en dos individuos más, mientras que sus pulmones fueron implantados en un paciente. Los ocho beneficiarios incluyeron a cinco niños, los cuales procedían todos de Inglaterra. Jemima se desplomó durante los preparativos para la fiesta de cumpleaños de su madre y murió en el hospital cuatro días después. Un aneurisma cerebral, raro en un niño, es un hinchazón en una pared arterial, y no ofrece síntomas a menos que se rompa.

Cuando ésta estalla, causa un gran hemorragia en el cerebro, pudiendo matar o causar un daño duradero. Sus padres establecieron la página “Jemima Layzell Trust” en su memoria para ayudar a los sobrevivientes. “Si hubiera sobrevivido, el aneurisma roto habría afectado severamente su comunicación y el lado derecho de su cuerpo”, dijeron en el sitio web. Los padres buscaron entre la ropa y las posesiones en busca de pistas sobre por qué había muerto tan joven, pero no encontraron nada. En su lugar, descubrieron unos 20 diarios y cuadernos que guardaba desde que tenía 4 años. 

Ahora, todo este material se ha convertido en un libro llamado “The Draft” (“El proyecto”), y las ventas del mismo irán destinadas a la caridad. En una de las páginas se podía leer: 8 de agosto de 2011; “Algunas personas dicen que Dios no puede existir porque si lo hiciera, ayudaría a todos los pobres del mundo. Me opongo a eso. Siento su desesperación y tenemos que ayudarles. Ellos están ahí porque nosotros se lo hicimos. Están ahí porque tenemos un mal a nuestro lado, para evitar que nos transformemos en monstruos antes de que sea demasiado tarde”.

Su padre Harvey, de 49 años, gerente de una empresa de construcción, y su hermana Amelia, de 17, dirigen el “Jemima Layzell Trust”, que también promueve la donación de órganos. Están orgullosos de que Jemima haya ayudado a otras ocho vidas. “Poco después de su muerte, observamos un programa sobre niños que esperaban trasplantes de corazón en el hospital de Great Ormond Street”, dijo su madre. “Para nosotros, decir “no” habría supuesto negarle la oportunidad de vivir a otras ochos personas, especialmente sobre el corazón de Jemima, por el que Harvey se había sentido incómodo al principio”. 

“Sentimos que es muy importante que las familias hablen sobre la donación de órganos. El instinto de cada padre es decir que no, ya que estamos programados a proteger a nuestros hijos. Solo con el conocimiento previo del acuerdo de Jemima pudimos decir que sí”. “NHS Blood and Transplant” espera que la historia de Jemima aliente a un gran número de familias a tener una conversación crucial, porque la escasez de órganos trasplantados está costando cientos de vidas cada año”, dijo. El año pasado, 457 personas murieron esperando uno, incluyendo 14 niños. Hay 6.414 personas en la lista de espera solo en Reino Unido, 176 de los cuales son niños.

Anthony Clarkson, que trabaja para la compañía, dijo: “Cada donando es especial, y la historia única de Jemima muestra la extraordinaria diferencia que pueden marcar algunas palabras. Cientos de personas siguen muriendo innecesariamente esperando un trasplante porque muchas familias dicen no a la donación de órganos. “Por favor, dile a tu familia que quieres donar, y si no estás seguro, pregúntate a ti mismo; ¿si necesitaras un órgano, lo aceptarías? Si es así, ¿no deberías estar preparado para donar?” ¿Qué piensas acerca del tema?