La función de comer

Por: equipo de redacción T2S1.

En T2S1 estamos consientes que uno de los principales problemas en el mundo es la alimentación, con los ritmos de vida, las ocupaciones de los miembros de la familia aunado a la facilidad que existe actualmente en conseguir alimentos congelados, deshidratados o las comidas rápidas, ha generado que existan de manera mas común problemas de diabetes, anemia o desnutrición entre la población en general, y aunque este tipo de alimentación puede ser muy practica para la vida diaria, te hacemos una pregunta es lo que requieres tu? , o lo que requieren tus hijos?…


Por qué comemos?

Comemos por una serie de razones. Primero, porque nuestro organismo necesita de una serie de nutrimentos para funcionar adecuadamente, pero además porque están involucrados otros factores como las preferencias personales, el placer y los sentimientos.


Las funciones del comer son las siguientes:

• Función Fisiológica: alimentarnos nos brinda energía, lo que nos permiten crecer, desarrollarnos y realizar nuestras actividades cotidianas. A través de ella obtenemos vitaminas, minerales y fibra para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo.

• Función Social: a través de la cultura y la tradición, existen ciertos alimentos que nos identifican y que son parte de las celebraciones sociales, como las comida familiares, las bodas y fiestas.

• Función Psicológica: el acto de comer es particularmente placentero y tiene un vínculo emocional significativo que no podemos olvidar, por eso hay personas más saladas, otras más dulceras u otras más carnívoras.

Ya habíamos hablado sobre la correcta distribución y equilibrio que requerimos de las sustancias que necesita nuestro cuerpo y se clasifican cualitativamente en seis grupos:

 


CARBOHIDRATOS

Los carbohidratos son el combustible cotidiano de las células del cuerpo humano. Cada gramo de carbohidrato proporciona cuatro calorías que el organismo utiliza para sus actividades cotidianas como: respirar, hablar, comer, pensar, caminar y claro hacer el amor. Los carbohidratos más conocidos son el azúcar común (sacarosa), al almidón, la glucosa (el azúcar sanguíneo), y la celulosa; menos conocidos resultan la lactosa (el azúcar de la leche) la fructuosa (de las frutas) y a galactosa.

No todos los carbohidratos son dulces, en general los azúcares simples como la glucosa y la fructuosa lo son, y los carbohidratos completos, como la celulosa y el almidón, son insípidos.

Los carbohidratos más comunes en frutas, granos y verduras son la celulosa (que es indigerible, pero resulta útil como fibra dietética), el almidón, la glucosa y la fructuosa. En una dieta balanceada la mayor parte de las calorías deben prevenir d los carbohidratos y, particularmente, de los complejos.

Cuando consumimos carbohidratos en exceso, especialmente azúcar o glucosa, el cuerpo los convierte en grasas, haciéndolos aumentar de peso y/o elevar la concentración de triglicéridos de la sangre.


PROTEINAS

Las proteínas son el macronutriente más abundante en el organismo, siendo necesario ingerirlas diariamente; proporcionan cuatro calorías por cada gramo consumido, pero el cuerpo las utiliza con fines estructurales más que como combustible y sólo en casos de desnutrición extrema, el organismo devora la proteína de sus órganos principales. En la naturaleza existen veinte aminoácidos importantes para la nutrición humana, de los cuales están compuestas las proteínas que nos proporcionan los alimentos. Pero no todos son nutricionalmente equivalentes. De ellos, hay doce que nuestro organismo puede fabricar de sustancias más simples y los ocho restantes necesita recibirlos ya preformados.

Entre las proteínas incompletas, los vegetales más ricos en ellas y de las que conviene hacer combinaciones complementarias son: frijoles, habas, trigo, semillas de girasol, garbanzos, germen de trigo, semillas de calabaza, maíz y pan integral. Aun dentro de las proteínas completas hay unas mejores que otras, aunque en general se consideran a la proteína de huevo como la más nutritiva. La proteína de la clara de huevo es ligeramente mejor que la de la leche, la cual supera a la del queso fresco. El pescado es preferible al pollo y éste a las carnes rojas como fuente de proteínas. El contenido de colesterol no es muy distinto, pero, en general, las carnes blancas tienen menos grasa saturada y son más sanas que las carnes de res y puerco. Por añadidura, especies marinas como las sardinas y el salmón aportan ácidos grasos y Omega 3, que son cardioprotectores.

No hay un requerimiento mínimo diario para las proteínas, pero se acepta como suficiente el consumo diario de un gramo de proteína completa por kilogramo de peso.

 


GRASAS

Las grasas o lípidos son las que proporcionan el mayor número de calorías, por lo tanto, representan el combustible opcional para las células del organismo. Cuando una grasa o un aceite se ha sometido al calor, a la oxidación del aire, a la hidrogenación se vuelve mucho más peligrosa para la salud.

A mayor consumo de grasas vegetales (aceites) debe elevarse la indigestión de vitamina E. No se ha establecido un requerimiento mínimo para las grasas, pero dadas las repercusiones de un exceso de grasas en la dieta es recomendable consumir de veinte a veinticinco por ciento, no olvidando que ninguna dieta, ni siquiera las destinadas a disminuir de peso, deben estar completamente desprovista de grasa.


VITAMINAS

Se trata de sustancias orgánicas. A diferencia de los carbohidratos y las grasas, las vitaminas no proporcionan energía al organismo; sin embargo, hacen posible que este extraiga energía útil de las dos primeras sustancias. Las vitaminas se catalogan de distintas maneras. La más sencilla y conocida es la clasificación alfabética: a cada vitamina se le asigna una letra del alfabeto común y, en su caso, un subíndice numérico, por ejemplo, Vitamina A, B1, B6, E, etcétera.

Aparte de su nombre alfabético, cada vitamina tiene nombres adicionales, generalmente de origen químico y por lo cual se les conoce de manera distinta: A (retinol), B1 (tiamina).

Cabe mencionar que fue la industrialización de los alimentos lo que dedujo al descubrimiento de las vitaminas, pues cuando se comenzaron a procesar los alimentos, se les eliminaron éstas, lo que puso de manifiesto trastornos carenciales.


MINERALES

A diferencia de las vitaminas, los minerales son sustancias inorgánicas, es decir, que no contienen carbono y que proceden de fuentes inanimadas (el suelo del que se nutren las plantas).

Sus requerimientos son muy variables, pueden ser muy pequeños como en el caso del yodo que se mide en microgramos o grandes, como el del potasio.

Una vez dentro del organismo, algunos minerales exhiben competencia entres sí, de manera que el exceso de uno de ellos proporcionará el déficit del otro. A estos minerales se les conoce como antagonistas, tal es el caso del calcio – magnesio, cobre – zinc, sodio – potasio y calcio – fósforo.


AGUA

Se considera al agua como una macronutriente; no tiene valor calórico, sino sus funciones principales son de tipo estructural y regulador. No toda el agua que necesitamos nos llega a través del agua potable y otras bebidas. También recibimos el vital líquido por medio de alimentos sólidos o semisólidos, gran parte de los cuales tiene la mayoría de su peso en agua.

Los requerimientos cotidianos aumentan según las condiciones del organismo y la actividad física que se realice. El cuerpo es muy sensible a la pérdida de agua, si se realice. El cuerpo es muy sensible a la pérdida de agua, si se reduce en dos por ciento el agua corporal la orina se oscurece y su volumen se diluye. Si la pérdida llega al tres por ciento, disminuye la resistencia muscular y se resiente la fatiga. Cuando alcanza cuatro por ciento, la orina se reduce al mínimo, hay mareos y falta de concentración y coordinación. De ahí su importancia.

 

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