Haber nacido con parálisis cerebral no fue el mayor obstáculo que tuvo que sortear Julieta Beltramini, una psicológa de 31 años que reniega de las denominaciones que la sociedad les da a muchas personas como ella y que reclama paradigmas de inclusión más amplios.
«Hay que incorporar la diversidad como algo de todos los días. Y poner en valor lo que cada persona puede hacer, no en lo que no puede», dice en una extensa entrevista con este diario. Reclama que el Estado se tiene que hacer cargo de las pensiones por discapacidad pero, además, debe abrir las puertas del mundo laboral. «Hay que analizar la palabra discapacidad.
El prefijo ‘dis’ , en latín, es sin. Indica carencia, y sin capacidad no nace nadie. Alguna capacidad tenemos todos, y eso te convierte en sujeto. Y desde ahí hay que trabajar», resalta en otra parte de la nota. «Hay que naturalizar que alguien con una discapacidad llegue a una meta.
Nosotros somos parte de la sociedad y nada de lo que nos pasa tiene que ser extraño a ella», asegura con autoridad. Plantea que más que que construir rampas «hay que construir consciencia social» y resalta que «hay que erradicar el «¿por qué a mí? y preguntarse más ¿para qué?.
Tenemos que entender que alguna misión tenemos». Lea mañana la entrevista completa en la edición de La Capital.