Jóvenes sordos que ‘vuelan’ en silencio sobre sus patinetas

Jóvenes sordos

Cursan undécimo grado en la Institución Educativa Jorge Eliécer Gaitán, emplazada en el barrrio Modelo Norte (localidad de Barrios Unidos). El silencio pleno de Laura y Luis es el efecto de su sordera absoluta. Nicolás, limitado en la escucha, alcanza a oír algunas palabras.

Son tres de los 25 miembros de un proyecto en el que la práctica del skateboard (patineta) se convirtió en otra forma de vincularlos al deporte. Con disciplinas como el fútbol o el baloncesto se enredaban, pues no atendían los pitos. El skate es más visual.

“Me parece curioso ver cómo aprenden de rápido los trucos. Como en una semana ya estaban sacando trucos que nosotros nos demoramos más de un mes en aprender. No hablan, pero tienen otras cualidades”, apunta Daniel Vargas, compañero y también skater.

Aquí se mezclan oyentes y no oyentes. Los lenguajes corporales y de señas, que se afianzan en las prácticas semanales, establecen conexiones: “Aprendemos de lado y lado. Yo aprendo señas –hace el gesto de buenos días y adiós– y a la vez les enseñamos cómo montar. Estamos en salones distintos, pero hemos hecho buena relación”, indica Camilo Santamaría, uno de los mejores en la monta.

… entre el grupo de seis sordos no paran de comunicarse, en silencio. Luis baja de su patineta y sostiene de las manos a Laura, para que ejecute un salto sobre ruedas. Mientras ve, Nicolás revela su parte favorita:

“El truco que más me gusta es el salto ‘holi’”. Con lenguaje de señas y ayudado del oído que percibe algunos sonidos, Nico es puente entre unos y otros. La batería, que ha tocado en años pasados, es otro pasatiempo: le basta con sentir las vibraciones.

 

Luis habla con su acción sobre la tabla

Mauricio Navarrete, gestor territorial y líder del proyecto de inclusión a través del skateboard, afirma que todo empezó en el 2013, cuando un alumno pensó en un deporte que todos pudieran practicar: “Comprendimos que el skate es un ejercicio más de observación. Ahora es un proyecto piloto, y lo estamos evaluando”. El Distrito les aportó 10 tablas para empezar.

Luis Forero es el alumno sordo más aventajado y cuenta por qué le gusta:

“Me agrada practicar el skateboard porque es un deporte muy ágil y dinámico. Además, me permite relacionarme con los compañeros oyentes”. Su aspecto atlético y la consulta que le hacen los otros confirman sus cualidades para la disciplina.

 

Práctica vs. pereza

Laura Aponte se graduará este año. Al verla con la tabla, se ve que no es la mejor con los trucos, pero también que es la más esmerada. Consuelo Bohórquez, rectora del colegio, afirma: “Hemos comprobado que los sordos, cuando se esfuerzan, pueden ser hasta mejores que sus compañeros oyentes”.

La joven agrega por qué practica:

“Yo practico harto porque me gusta mucho la tabla, y también porque me encanta aprender cosas”.

 

Los motivos que decoran las patinetas, como calaveras y caballeros de armadura, les dan el toque urbano y joven.

Original. 

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