Sonora, México – Bañado, con su uniforme impecable, zapato limpio y con la mejor actitud, el joven trabajador llega a su lugar de trabajo, el café de moda de la ciudad, todos los días a las 9:00 horas con puntualidad inglesa.
Él es Hugo Curiel Hernández, de 35 años de edad y tiene sindrome de Down, condición que no mengua su labor en esta famosa cafetería. “Estoy contento aquí”, alcanzó a decir el joven quien está por cumplir seis meses al frente de un puesto donde desempeña actividades operativas y de limpieza, que son reales y quien tiene obligaciones al igual que cualquier trabajador.
Desde que llegó a este empleo, Hugo ha rebasado las expectativas que de él se tenían, según la gerente del establecimiento, Flor Peralta Figueroa. “Con él tenemos un perfil de puesto y se le mide su desempeño cada mes con un check list y se le aumentan actividades de acuerdo a su productividad y Hugo comenzó a superar las expectativas porque es uno quien pone las limitantes”, manifestó.
Al inicio, dijo que se le dieron actividades que los directivos creyeron poder realizar pero con el paso de los días descubrieron que podían desarrollarlo más porque incluso ha mejorado de manera positiva el lenguaje que era una de sus limitantes.
El joven tiene la misma jornada laboral que otro empleado, trabaja medio tiempo, es decir cuatro horas diarias, 24 a la semana y tiene un día de descanso con las mismas prestaciones, salario y oportunidades.
“Los chavos tienen evaluaciones de desarrollo cada seis meses para detectar áreas de oportunidad y poderlos crecer, mi meta como gerente es poder desarrollar a Hugo como barista trainer”, resaltó.
