En el desarrollo del niño es fundamental que poco a poco vaya sintiéndose mas libres y capaz de dirigir sus propias acciones. Promover la iniciativa en los niños supone ser conscientes de que son personas con capacidad de elección y acción. Algunos padres tienden a sobreproteger a sus hijos dándoles todo hecho, lo que impide que se vayan desarrollando como personas autónomas y con confianza en si mismas.
La aceptación de los niños en una buena autoestima y un adecuado auto concepto son las bases para educarles como personas capaces de tomar decisiones y guiar sus propias vidas. Fomentar la iniciativa en los niños es apostar por personas que sabrán enfrentarse a situaciones nuevas sin miedo al fracaso, porque habrán comprobado que de los errores se aprende.
Independencia: los padres deben dar la oportunidad a los hijos de ser responsables; por ejemplo, haciendo cosas por si mismos (dejarles comer y vestirse solos)
Resolver problemas: preguntar a los niños como harían algo, retarles con preguntas donde tengan que tomar decisiones… En este sentido, se puede empezar ofreciéndoles dos opciones y, a medida que van creciendo, ir aumentando las posibilidades de acción. Sera fundamental que los padres no se muestren sobreprotectores, dándoles libertad de acción, de modo que tengan la ocasión de equivocarse y aprender de ello.
Aportaciones: pedir a los pequeños aportaciones acerca de un rema como es el menú diario, la ropa, el final de un libro o una película, actividades…
Consecuencias: una vez que se deciden a hacer algo, es conveniente hacerles reflexionar acerca de las consecuencias de sus acciones. Para ello se les puede hacer preguntas del tipo:»¿crees que mama/ papa/ tus amigos estarán contentos de que hagas esto? ¿Porque?»
Guiar pero no darles todo hecho: cuando se pretende que los niños se desarrollen autónomamente, lo más adecuado será mostrarse disponibles ante cualquier dificultad. Sentir el apoyo de los padres les da confianza para seguir adelante en sus pequeños proyectos. Un error frecuente es intentar darles todo hecho, con lo que nunca aprenderán a hacer las cosas por si mismos. Los padres deben aprender a esperar a que los niños soliciten su ayuda.
Buen ejemplo: los padres son el principal modelo de sus hijos. Si el objetivo es que estos sean personas capaces de hacer las cosas por si mismos y de tomar decisiones autónomamente, los padres han de mostrarse como tal, es decir, deben actuar responsablemente, ser capaces de tomar decisiones…
Así mismo, es fundamental que los niños sepan que se espera de ellos, puesto que conocer esta información les hará sentirse más seguros a la hora de abordar una nueva acción. Los padres han de reconocer el esfuerzo, aun cuando los resultados no hayan sido del todo satisfactorios. Por ultimo, elogiar las buenas acciones ayudara a que los niños sigan dando pequeños pasos hacia su autonomía.
