El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y accidentes cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) señala que la parálisis cerebral es un trastorno neurológico que se puede desarrollar desde el embarazo y aparece en la infancia; afecta, de forma permanente, la movilidad del cuerpo y la coordinación muscular.
Uno de los factores de riesgo más comunes de este trastorno es la incompatibilidad sanguínea, es decir, cuando el grupo sanguíneo (Rh) de la madre es distinto al del bebé.
Esto se debe a que el sistema inmune de la madre no tolerará la presencia de glóbulos rojos diferentes a los de ella, por lo que su cuerpo fabrica anticuerpos que atacarán y matarán las células sanguíneas del bebé.
Entre otros factores se encuentran: bajo peso en el nacimiento, parto prematuro, nacimientos múltiples, infecciones durante el embarazo, exposición a sustancias tóxicas, entre otras.
Conoce las causas de la parálisis cerebral
El NINDS señala que el daño cerebral no es reparable y que las causas más comunes de la parálisis son:
- Una anormalidad del cerebro, que irrumpe la capacidad de este órgano para controlar el movimiento y la postura.
- La corteza motora cerebral no se desarrolla normalmente durante el crecimiento fetal.
- Una lesión cerebral, ya sea antes, durante o después del nacimiento.
Los síntomas de la parálisis cerebral son diferentes respecto al tipo de trastorno (espástico, discinético, atáxico, hipotónico y mixto), así como al organismo de cada paciente; sin embargo, se pueden presentar desde recién nacido o antes de que el niño cumpla dos años. Los más comunes son:
- Carencia de coordinación muscular
- Músculos tensos y rígidos
- Caminar con un pie o arrastrar una pierna
- Babeo excesivo o dificultad para tragar o hablar
- Temblores
Los especialistas destacan que la parálisis no es una enfermedad, debido a que no es contagiosa y no es hereditaria. No existe cura alguna para este trastorno, pero con medicamentos, cirugía y terapias alternativas se pueden mejorar las habilidades de muchos pacientes.
