El neurofisiólogo Arturo González Mondragón adscrito al Hospital General de Gineco-Obstetricia (HGO) No. 221 del Instituto Mexicano del Seguro Social en la Delegación Estado de México Poniente señaló que entre las causas prenatales de este padecimiento se encuentra el retardo en el crecimiento intrauterino, infecciones virales como rubéola o toxoplasmosis; uso de drogas o medicamentos; amenaza de aborto; intervenciones quirúrgicas durante el embarazo; traumatismos directos; estados de desnutrición; radioactividad; cardiopatías, diabetes o anemias en el embarazo.
Las causas perinatales que pueden desencadenar una parálisis cerebral están el uso de fórceps en el parto, partos violentos o prolongados o hemorragias de los vasos cerebrales del recién nacido.
La parálisis cerebral se diagnostica a través de un examen físico durante el cual el médico obtiene los antecedentes prenatales y de nacimiento completos del bebé y no se realiza hasta que el niño tenga al menos entre seis y 12 meses de vida.
Se realiza un examen neurológico, para evaluar los reflejos y la función motora; una tomografía computarizada; una resonancia magnética, así como análisis de sangre, estudios metabólicos y genéticos.
Quienes padecen esta enfermedad suelen tener movimientos vacilantes, afectaciones en uno o varios miembros, movimientos incontrolados, crisis convulsivas, en casos muy severos los pacientes dependen de alguien más para realizar sus actividades cotidianas.
El manejo terapéutico de niños con discapacidad motora, se dirige a favorecer la organización funcional del cerebro y modificar sus cualidades motrices. También busca la mejora en la calidad de los movimientos, estimular el desarrollo intelectual, lograr el mejor nivel de comunicación posible e incrementar su relación social, para favorecer una vida más plena, resaltó el especialista.
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