Fortaleza espiritual: Un legado valioso para nuestros hijos


Basado en el artículo Risk and Resilience: A Model for Adolescent Health Interventions
escrito por Robert W. Blum, M.D., Ph.D.
Dr. Blum es profesor, Director de la División de Pediatría General y Medicina para Adolescentes y Director del National Center for Youth with Disabilities y del Centro para Niños con Enfermedades Crónicas y Discapacidades de la Universidad de Minnesota.
Fuente: Publicado en Paso a Paso, Vol.7 No. 1, Ene./Feb. 97.

Vaticinios apocalípticos, destrucción de la capa de ozono, epidemias virales letales, estadísticas deprimentes de toda índole, reflejado en el día a día en: el robo del carro anoche, el asalto en la autobuseta, el aumento en la mensualidad del colegio, los precios en el automercado, las tarifas de la electricidad, teléfono, etc…difícil mantenerse optimista y positivo ante semejante carga de alto voltaje…

Aún asi o justo por eso, debemos centrarnos en potenciar nuestras reservas de ánimo para mantenernos funcionales y efectivos en lo laboral, lo familiar y lo afectivo.

Hagamos una introspección…
Si hacemos un inventario mental de las personas que hemos conocido, seguramente recordaremos algunas aparentemente más fuertes, más hábiles y adaptables ante la adversidad, con capacidad de rebotar con mayor rapidez…Es esa una cualidad que debemos tratar de desarrollar en lo personal y procurar legar a nuestros hijos, como una invalorable herencia espiritual.

A continuación ofrecemos la traducción (resumida) de un artículo publicado en la revista norteamericana, Exceptional Parent, en el 96. Allí se aborda el tema de cómo fomentar en nuestros muchachos la resistencia y fortaleza para enfrentarse a los retos que presenta la vida…

Sobreviviendo la adolescencia: El desarrollo de programas que promueven la resistencia a factores de riesgo.(*)

Investigaciones realizadas en el área de la resistencia a condiciones adversas ofrecen una clara imagen de las condiciones que protegen al joven en situación de riesgo – incluyendo a los jóvenes discapacitados – de las consecuencias negativas. Si comprendemos los factores que mejoran los resultados en aquellos que están en situación de riesgo, podríamos ayudar a los líderes gubernamentales a diseñar mejores programas de atención a jóvenes con discapacidad.

No son superhéroes invencibles
Los adolescentes resistentes no son superhéroes invencibles. Tampoco exhiben un grado extraordinario de alegría, satisfacción con la vida o problemas de salud vinculados al estrés. No son inmunes a los cambios o dificultades en la vida. Sin embargo, cuando enfrentan situaciones de prolongada tensión emocional o física, logran mantenerse socialmente competentes. Y si bien se puede anticipar que experimenten tristeza e infelicidad en circunstancias estresantes, logran permanecer productivos; constituyendo esto un rasgo distintivo de resistencia a esos efectos.

A través de una amplia variedad de estudios que han explorado los factores de riesgo y los factores de protección en niños y adolescentes con discapacidades, y en sus familias, se han identificado un número de hallazgos consistentes.

Cualidades resaltantes
Así, aparecen tres cualidades en los jóvenes discapacitados exitosos.
– Poseen un temperamento agradable
– Han crecido en compañía de uno o varios adultos preocupados por su bienestar
– Están involucrados en actividades bien sea religiosas, escolares o en organizaciones asistenciales de otro tipo.

Estas cualidades – factores de protección- pueden tener un impacto más profundo sobre la conducta de resistencia en la infancia, adolescencia y adultez, que los factores específicos de riesgo tales como la pobreza, servicios de salud deficientes y los problemas familiares.

Para algunos, esos factores de protección se hallan en la familia nuclear, parientes o vecinos. Otros, los encuentran en instituciones más formales como la escuela, congregaciones religiosas y consejeros profesionales.

Establecer factores de resistencia a riesgos en programas educativos, sociales, recreativos y de otro tipo, para jóvenes discapacitados, requiere de estrategias sistémicas centradas en:

– Enfatizar las fortalezas entre la población joven tanto como reducir los riesgos causados por la condición crónica.
– Considerar a los jóvenes como parte de la solución del problema y no sólo como foco del problema.
– Activar (n.e. los factores de protección) precozmente en la vida del niño.
– Que sean intensivos, contínuos y apropiadamente desarrollados
– Ejecutados por un equipo de trabajo colaborador, interdisciplinario y no excesivamente profesionalizado.
– Que incluyan todo lo necesario para ser exitosos
– Que valoren a los jóvenes

Los elementos claves para el desarrollo de programas basados en la resistencia podemos resumirlos en el modelo PCAP (people, contributions, activities and place, o sea, personas, contribuciones, actividades y lugar) como se destaca a continuación.

– Personas, especialmente un adulto, que le cuide y esté vinculado con la red de adultos involucrados en la vida del adolescente.
– Contribuciones, especialmente el brindarle la oportunidad al joven para que contribuya con su familia, vecindario y la comunidad.
– Actividades, a través de la escuela y la comunidad, que permitan desarrollar un sentido de asociación y pertenencia.
– Un lugar para que los jóvenes se reúnan, se recreen bajo supervisión de adultos y desarrollen amistades.


Este modelo se basa en el desarrollo de habilidades para la vida mientras se concientiza la necesidad de las oportunidades para la participación de la escuela, familia y comunidad

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