«No hacemos nada distinto a los demás, solo lo adaptamos a nuestras circunstancias». Esto decía ayer, desde su silla de ruedas, el tenista Martín Varela a un grupo de escolares del sexto curso de primaria del Liceo La Paz. A su lado, en otra silla de ruedas, Ángel López Fernández, que antes «hacía triatlón, que ya sabéis que es muy exigente», explicaba Martín. Los gritos de los más pequeños que salían al recreo se mezclaban con las palabras del tenista: «La silla de ruedas forma parte de mi», decía, antes de plantear a quienes le escuchaban una pauta de conducta con las personas discapacitadas: «Tratad a los demás como os gustaría que os trataran a vosotros».
Una de las monitoras del proyecto Enki (que desarrolla la Fundación Abrente, con el apoyo de la Fundación María José Jove y del Ayuntamiento de A Coruña) preguntaba a los escolares: «¿Sabéis que Martín está peleando para ir a las olimpiadas?». Enki, que cuenta con el apoyo de la obra social de La Caixa, arrancó en el Liceo La Paz «su experiencia piloto en colegios para fomentar la integración de personas con diversidad funcional a través del deporte», destacan.
Tras las palabras, los escolares se sentaron en las sillas de ruedas para jugar al tenis. No era fácil, aunque Martín intentaba hacérselo sencillo. En otra zona del patio, alumnos y alumnas jugaban al fútbol con los ojos vendados: «Ya veréis como el oído es más sensible». El profesor Ignacio Gay indicaba que serán 250 escolares de sexto curso de primaria los que participarán en esta iniciativa en la que los escolares acaban viendo como los ciegos y andando en sillas de ruedas.
