¿Eres REactivo o PROactivo?


Es un concepto sencillo, pero muy importante cuando trabajamos y educamos a niños con TEA.

Aquí está la misma pregunta, formulada en otras palabras. ¿Eres de lo que se sienten cómodos esperando a que surja un problema y trabajar entonces para remediar el asunto? 0 ¿preferirías prevenir las dificultades antes de que surjan?

Elaboremos la idea…

Inevitablemente, las situaciones se presentan. Dependiendo del alumno, la reacción puede ser de mayor o menor envergadura. A veces no hay una relación lógica entre la naturaleza del “evento” y el nivel de angustia que provoca.

La ruidosa alarma contra incendios tiene sentido. Un sonido estridente e inesperado probablemente nos asustará a todos. Pero podemos tener alumnos que tengan la misma reacción por no ser los primeros en la fila. O porque alguien toque uno de sus juguetes favoritos. O si la señora de la cantina le coloca vainitas en su plato y le tocan el resto de la comida.

Entonces, aquí viene la pregunta: ¿Eres del tipo REactivo? O sea, te manejas con rutinas. Luego, si algo sucede (por ejemplo, un problema de conducta o una reacción indeseada en un alumno), te apuras para “apagar el fuego”.

Si perteneces a ese grupo…

Si eres del tipo REactivo, tienes muchísima compañía. Hay muchas personas que se te sumarán para expresar su frustración en el trato con chicos con Autismo. “Porque esos alumnos son TAN difíciles de manejar…” “Siempre ocasionan problemas…” “Presentan estallidos una y otra vez, por cualquier motivo…”

Pero hay otra forma de hacerlo…

Lo denominadmos, planificando de manera preventiva. Anticipar lo que va a suceder. Incluso podemos llamarlo “leer la mente.” Tiene que ver con aprender a mirar el mundo a través de los ojos de ese alumno. ¿Cómo percibe y comprende las situaciones? ¿Qué es lo que anticipa? ¿Qué le disgusta? ¿Qué le cuesta tolerar?

Es ahí que empiezas a plantearte toda una serie de preguntas:
– ¿Qué es lo que el alumno piensa que va a suceder?
– ¿Qué es lo que realmente sucede?
– ¿Cómo reacciona usualmente el alumno ante una situación específrica, una rutina o un contexto? ¿Por qué?
– ¿Dónde y cuándo se presentan usualmente los problemas?
– ¿En qué circunstancias?
– ¿Hay algunos aspectos sensoriales que encuentra difíciles de tolerar?
– ¿Las transiciones son difíciles? De ser así, ¿cuáles? ¿Por qué?
– ¿Se le informa anticipadamente? ¿Cómo?

Esta puede llegar a ser una lista larguísima…


Pero cuando lograr responder algunas de estas preguntas básicas, puedes pasar de ser Reactivo a ser PROactivo. ¡No es tan difícil! Una vez que identificas algunas de las situaciones potencialmente problemáticas, podrás planificar.

Mientras mejor conozcas al alumno, mejor podrás responderlas.

Sus papas probablemente puedan ofrecerte una larga lista de situaciones potencialmente problemáticas. Tienen muchísima experiencia. El maestro que tiene un nuevo alumno este año no tendrá estos conocimientos para guiarlo en la toma de decisiones. Esa es una de las razones para trabajar conjuntamente. Los padres y los maestros pueden enseñarse mutuamente y aprender juntos.

Entonces, ésto es lo esencial:

Mientras mejor conozcas por qué se presenta un problema, mayor la probabilidad de ser PROactivo para prevenirlo la próxima vez.
– Si el alumno no comprende, ayúdalo a comprender mejor.
– Si hay algo que le disgusta, trata de ofrecerle una alternativa.
– Si hay una situación que tiende a ocasionar problemas, trata de cambiarla de alguna forma para que la rutina sea diferente.
– Preséntale la información en una forma que pueda comprenderla (visual) para ayudarla a anticipar lo que viene…

Y por supuesto, ¡no olvides las estrategias visuales!

Presenta la información en forma visual. Así comprenderá mejor. Ofrece una elección de manera visual. Esto podría reducir su ansiedad en situaciones difíciles. Cree una nueva rutina. Cree una ficha con una pista visual para ayudarle a aprender la nueva rutina.

Sin embargo, este no es un sistema perfecto.

No siempre podremos evitar las situaicones problemáticas. Pero al cambiar nuestra forma de pensar y evolucionar de ser Reactivos a ser más PROactivos, podremos tener un enorme impacto en su entorno, tanto en casa como en el colegio. Y podremos fomentar una relación mucho más positiva con ese alumno.
P.D. Esa cosa de LEER LA MENTE es lo que queremos que nuestros niños y estudiantes con
TEA aprendan a hacer para entendernos mejor. Creo que debemos aprender a “leerlos” también.

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