El fenómeno viral generado por el comentado vestido dividió al mundo en los que lo veían azul y negro y quienes lo veían blanco y dorado. Muchos son los que se lanzaron a dar una explicación científica sobre esta división en la percepción. Sin embargo, los misterios del vestido no terminan ahí. Según Buzzfeed, Emily Willingham, bióloga de desarrollo y madre de un niño autista, planteó una relación entre el vestido y el autismo.
La experta se pronunció en Twitter, donde quiso poner a los usuarios en la piel de los autistas: «Al ver el #vestido y las diferentes percepciones sensoriales que tiene la gente, pienso en el #autismo y me pregunto, ‘¿Lo comprenden ahora?’ #LasDiferenciasSensorialesImportan». El apunte de Willingham tiene su razón de ser en que el autismo destaca por los problemas sensoriales. Las sensaciones que pudieron experimentar muchos al no ver el vestido igual que los de su alrededor son similares, a menor escala, a las de los autistas, quienes ven y sienten el mundo de manera diferente.
Por otro lado, el Ari Ne’eman, presidente de la Red de auto-defensa del autismo de Estados Unidos, también aprovechó el acontecimiento para concienciar sobre dicha patología: «El incidente del vestido de anoche es una manera de darse cuenta de que las personas perciben las cosas en forma diferente, y que una percepción no es necesariamente superior a la otra».
Ari Ne’eman cuenta su experiencia personal como autista. Por ejemplo, dijo a BuzzFeed que le resultaba «muy difícil» tocar el terciopelo. Del mismo modo, muchos se horrorizan ante los sonidos agudos o ante luces que emiten «zumbidos graves que la mayoría de la gente no percibe». Y así sucede con el resto de sentidos.
A pesar de que esta diferencia en las percepciones sensoriales dentro del autismo fue descubierta hace tiempo, no se ha empezado a investigar hasta hace poco. En concreto, fue en 2013 cuando los problemas sensoriales se incluyeron como criterio clave a la hora de diagnosticar la enfermedad. La falta de atención a esta realidad ha supuesto perjuicios y carencias en la práctica médica.
