Natalia, con síndrome de Down, trabaja como una más en la Universidad Juan Agustín Maza

Natalia, con síndrome de Down, trabaja como una más en la Universidad Juan Agustín Maza

Mendoza, Argentina. –  Panocchia es una joven de 29 años que padece síndrome de Down y hace un año y medio trabaja en las oficinas de la Universidad Juan Agustín Maza. Allí logró integrarse rápidamente al grupo de trabajo y se desempeña cumpliendo diversas tareas administrativas.

Asiste de lunes a viernes en horario matutino y realiza distintas actividades, como completar las planillas multimedia, marcar el ingreso y egreso de los profesores, y atención de teléfonos y al público.

“Me encanta mi trabajo y quisiera trabajar más horas, pero tengo que cumplir con el horario”.

Ella cuenta que se siente muy cómoda con el ambiente en que trabaja, que se lleva muy bien con sus compañeras, aunque a veces, debido a su carácter, discute cuando la corrigen.

“A veces me porto mal y me retan”, dice entre risas, y afirma: “Igual, me doy cuenta cuando me equivoco y trato de mejorar”.

Sus compañeras aseguran que “progresó mucho” en cuanto a lo laboral y que la recibieron como una compañera más, sin ningún tipo de privilegio o diferencia, y que se logró adaptar rápidamente al entorno.

Natalia hizo el colegio primario y secundario en la escuela integradora Pablo Bessón, donde en 2005, luego de egresar, trabajó como preceptora.

Además, antes de ingresar en la Universidad Maza realizó una pasantía de un año en la biblioteca de la UNCuyo. Forma parte del Centro Educativo Terapéutico AMAD, al que asisten casi 100 personas de todas las edades con distintas discapacidades.

Para ingresar al instituto es necesario contar con obra social o un subsidio del estado para abonar las prestaciones de los profesionales que trabajan allí.

Uno de los servicios que presta AMAD es el proyecto Quimén, que impulsa la autodeterminación y el tránsito a la vida adulta de jóvenes con síndrome de Down, además de integrarlos laboralmente.

Un día en la vida de Natalia
Natalia también se destaca con la música. Una vez a la semana toma clases particulares de piano y guitarra en un instituto y hace menos de un mes tuvo una muestra que “salió bien, a pesar de los nervios”. Además, en su casa tiene un piano con el que practica todos los días, y asegura que toca para “bajar decibeles”.

Siempre ha vivido con sus padres, Humberto, que es ingeniero y Silvia, bioquímica. Sus dos hermanos siguieron su vida lejos de Mendoza por razones laborales. Dos veces por semana practica natación y los fines de semana disfruta de salir a pasear al parque General San Martín con sus padres.

Quimén los prepara para la inserción
Quimén funciona hace dos años y además de Natalia tiene otros cinco integrantes. De ellos, hay dos que también consiguieron empleo en una empresa familiar de producción de muebles de cocina, y como auxiliar en un jardín de infantes.

Por otra parte, tres de ellos todavía no generan las habilidades requeridas para comenzar a trabajar.

Rosa Giunta, encargada del proyecto, explicó: “Algunos no desarrollan aptitudes para ingresar a una empresa, pero sí para trabajar, por ejemplo desde lo artístico”.

El proceso de inserción es complejo, y cuenta con tres etapas. La primera es de sensibilización y consiste en ver si hay aceptación o reticencia de parte del personal. La segunda es de información, donde se particulariza la necesidad de cada persona. Por último, la propuesta concreta que deja en claro línea de acción y se genera tanto con la empresa como con la familia y la estructura de apoyo Daiana Sánchez es quien brinda apoyo laboral a Natalia, y destaca la importancia de recordarle que no tiene que “limitarse, que puede hacer muchas cosas y lo ha demostrado.

El Instituto funciona en calle Montecaseros 2618 de ciudad, de lunes a viernes de 8.30 a 17. Para comunicarse vía telefónica hay que llamar al 4305395 o por correo electrónico a cetamad@gmail.com

El síndrome de Down es una enfermedad generada por presencia de material genético extra del cromosoma 21. La sola presencia del exceso de genes da un cuadro clínico compatible con esta enfermedad, pero hay casos que evolucionan mejor que otros. La presencia de problemas cardíacos, el tono muscular y la estimulación que reciben estos pacientes son fundamentales para una buena o mala evolución.

Por: Gonzalo Conti
Fuente

(Visited 8 times, 1 visits today)

Etiquetas ,