Descarados, dejan su hija con síndrome de Down morir de hambre

A finales de marzo pasado, sus padres: Ángel Olvera Aguilar, de 52 años y Esther Adriana Frontana Gutiérrez, de 45, se presentaron a la agencia del MP en la Coordinación Miguel Hidalgo 1 para informar que su hija había muerto por enfermedad.

Personal de la PGJDF fue a la casa de la víctima, ubicada en la calle Lago Granoso, en la colonia Pensil Norte, delegación Miguel Hidalgo. Al entrar al cuarto donde tenían a la niña se sorprendieron porque aunque les dijeron que tenía siete años parecía mucho menor. Los peritos detectaron que estaban ante un caso de omisión de cuidados.

Los padres asesinos
Los padres de Viridian sólo le daban leche y le prestaban atención médica

Mintieron. En la entrevista con la Policía de Investigación, los padres de la niña mintieron, dijeron que no la descuidaban, pero que en los últimos días, por falta de dinero, no la habían llevado al médico. Sin embargo, debido a que no tenían ni una receta reciente y el cadáver de la menor evidenciaba la situación, se contradijeron hasta que admitieron que no le daban de comer por falta de tiempo.

Tras recabar los informes médicos y las declaraciones de testigos, la Procuraduría capitalina consignó a  Ángel Olvera Aguilar al Reclusorio Oriente, mientras que su esposa, Esther  Adriana Frontana Gutiérrez, fue enviada a la penitenciaría femenil de Santa Martha Acatitla, ambos acusados del delito de homicidio agravado.

 

 

 

Original. 

 

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