Decisión de embarazo en pacientes con esclerosis múltiple

Embarazada.

La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que afecta a adultos jóvenes, y en particular a mujeres en edad fértil. En el pasado se desaconsejaba que las mujeres con esclerosis múltiple se quedaran embarazadas por el posible efecto negativo de la gestación sobre la evolución de la enfermedad. Asimismo, durante muchos años no se conocía la influencia de la enfermedad sobre el curso y el desenlace del embarazo (y viceversa).

El PRIMS (Pregnancy in Multiple Sclerosis) fue el primer estudio prospectivo que demostró la reducción de la incidencia de recidivas durante la gestación, especialmente en el tercer trimestre, así como el posterior incremento en los tres meses siguientes al parto.

Además, demostró que la elevada incidencia de recidivas en el año previo y en el curso del embarazo, así como la puntuación alta en la escala de discapacidad de Kurtzke durante su inicio, se relacionaban positivamente con la aparición de recidivas en el puerperio.

Otros estudios retrospectivos y prospectivos han contribuido a demostrar que, ciertamente, las recidivas disminuyen durante la gestación y aumentan en los tres meses siguientes al parto, sin causar más incapacidad en momentos ulteriores. Aunque el principal factor de riesgo para las recidivas puerperales es el número de recidivas sufridas antes y durante la gestación, aún deben concretarse otros factores de riesgo, modificables o no. Además, dada la reducción de la incidencia de recidivas antes del embarazo que logran los fármacos inmunomoduladores, la tasa de recidivas observada antes de la concepción no tiene por qué representar la actividad real de la enfermedad.

El tratamiento de la esclerosis múltiple se basa sobre todo en la administración de fármacos inmunomoduladores e inmunodepresores, que gozan de un elevado cumplimiento por parte de los pacientes. Sin embargo, no existen datos que demuestren la seguridad de este tipo de fármacos en el embarazo.

La reducción de las recidivas durante la gestación es de una magnitud similar a la obtenida con los fármacos disponibles. Pese a que durante la gestación las mujeres interrumpen el tratamiento para la esclerosis múltiple, no cabe esperar un empeoramiento de la enfermedad; por otra parte, en lo que concierne a las características obstétricas y neonatales, no se han descrito complicaciones importantes en las mujeres con esclerosis múltiple; respecto a los neonatos, aunque el porcentaje de bajo peso al nacer más elevado, no se han apreciado diferencias relevantes en la puntuación Apgar, los defectos congénitos y la mortinatalidad.

Es probable que la esclerosis múltiple, como enfermedad crónica incapacitante que es, influya en la planificación de la familia, sobre todo en la decisión de ser madre.

Carvalho et al. se propusieron documentar la influencia del diagnóstico de la esclerosis múltiple y de la evolución de la enfermedad sobre la decisión de ser madre. Para ello, diseñaron un estudio observacional y multicéntrico de pacientes con esclerosis múltiple. La muestra estuvo formada por 100 mujeres; en el momento del diagnóstico de la enfermedad, el 57% de ellas no se habían quedado embarazadas nunca y el 28% ya habían tenido los hijos deseados.

Antes del diagnóstico, el 62% de las mujeres no tenían hijos, el 28% tenía uno, el 8% dos y el 2% tres. Tras el diagnóstico de la esclerosis múltiple, el 57% de las pacientes no se habían quedado embarazadas, el 31% se habían quedado embarazadas una vez, el 11% dos veces y el 1% tres.

El 7% de las pacientes habían intentado quedar embarazadas y habían interrumpido la medicación de la esclerosis múltiple sin conocimiento del médico (la mayoría habían hablado con él de la necesidad de suspender o modificar la medicación).

El estudio reveló que un elevado porcentaje de las mujeres (77%) cambiaron de actitud hacia la maternidad y decidieron tener menos hijos a raíz del diagnóstico de la esclerosis múltiple.

A pesar de que los resultados carecen de significación estadística, revelan que el diagnóstico de la enfermedad tiene implicaciones importantes en relación con la decisión de ser madre, así como un impacto sobre los planes de vida de estas mujeres. Los principales argumentos para tener menos hijos fueron el riesgo de sufrir recidivas y el temor a la futura incapacidad.

Los autores concluyen que, en la población del estudio, la decisión de ser o no se madre no guardó relación con el tipo de esclerosis múltiple ni con el número de recidivas.

No obstante, un número considerable de mujeres tuvieron menos embarazos de los que habían deseado antes de ser diagnosticadas, y pensaban que la gestación podía empeorar la enfermedad.

Por lo que respecta a la lactancia, la principal objeción a la decisión de amamantar es el temor a que se produzcan recidivas después del parto, dado que se ha descrito una incidencia superior en ese periodo.

Así, numerosas mujeres con esclerosis múltiple deciden no amamantar a sus hijos para comenzar cuanto antes el tratamiento inmunomodulador y evitar las recidivas puerperales. Sería conveniente mejorar la información que reciben estas pacientes a fin de minimizar el impacto del diagnóstico de la esclerosis múltiple en la decisión de ser madre.

 

 

 

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