Me da satisfacción encontrar aquí en Venezuela una alternativa para los que tienen niños con discapacidad. En mi caso mi hijo empezó a tener convulsiones parciales simples hace dos meses y despues de probar medicamentos ya hemos logrado cierto nivel de tolerancia para que vuelva al colegio normalmente.

El problema es que es un niño normal de ocho años con una condición que eventualmente se puede presentar y el colegio no está preparado para afrontar maduramente esta circunstancia. De hecho empezó a asistir depués de haberse controlado en casa con éxito (cuatro días sin episodios) y al llegar a su salón convulsionó, creemos que fue emotivo ya que en estos momentos el está vulnerable a emocionesm ansiedad etc….

La reacción de los niños fué excelente, ya que no se asustaron pues mi hijo había hablado con su salón anteriormente. El problema es la reacción del profesorado y del departamento de orientación quienes enfáticamente me exigieron en convertirme en sombra de mi hijo en el colegio y que por ningún motivo me ausente del colegio y si así fuera, me llevara a mi hijo conmigo….

Estoy en busqueda de un grupo de apoyo con niños epilépticos para intercambiar opiniones y sobre todo darle confianza a mi hijo de seguir una vida normal sin etiquetamientos, ni prejuicios producto de la ignorancia.

Espero respuesta y deseo que este sea el inicio de una relación de enseñanza que marque la diferencia para muchos.

Muchas Gracias
Vivian

Responde: Magister Stella Maris de Armas, Inspectora de Educación Especial. Uruguay.

Vivian y Ángela:
esta situación es producto total de la desinformación y temores míticos que surgen en los docentes frente a casos que son controlables.

Sin duda que la mamá no debe quedarse en el colegio, el niño comenzará a sentirse inseguro y con menor valía, sus compañeros no están asistidos pr su mamá permanentemente.

Creo que debe realizarse formación de ese personal docente con profesionales que expliquen en que consisten las convulsiones, como actuar, que riesgos hay y cuales no.

Además debería realizarse un estudio, mediante observación sistemática del ambiente de trabajo, para saber las causas que pueden desencadenar la crisis: luminosidad, ruido ambiental, propuesta de trabajo, gritos, tensiones, fatiga de los niños ante trabajo muy sostenido sin los descansos correspondientes, entre otros.

Éxito en la búsqueda.
Cariños
Stella de Armas