Todos los seres vivos tenemos un campo de energía, que es muy sensible a la energía del pensamiento y la de los sentimientos, por tal motivo, cuando se tiene sentimiento y creencias negativas, estos se manifiestan en nuestro campo de energía, ya que interrumpimos el flujo natural y normal de energía del cuerpo, haciendo aparecer diversas barreras energéticas, fisiológicas y emocionales.
Estas barreras pueden ser abiertas a través del Reiki, ya que la energía que se aporta fluye a través de los lugares bloqueados, ayudando a que la energía interna se libere de la que permanecía bloqueada, fluyendo de manera equilibrada. Al fluir libremente la energía, se fortalece el organismo, permitiendo la regeneración del cuerpo tanto físico como espiritual.
Esto se lograr por supuesto a través de los siete “centros” o chakras, ya que ellos son precisamente la conexión entre ambos cuerpos, permitiendo que la energía fluya alrededor del cuerpo etéreo y energético.
Sin embargo, muchas veces los pacientes primero obtienen apertura mental, espiritual o emocional, antes de una recuperación física, esto se debe a que el Reiki no sólo refuerza el poder natural del cuerpo para combatir enfermedades, sino que además es capaz de abrir una capa mental de entendimiento. Y es que precisamente el método del Reiki va abriendo esas capas que se quedaron bloqueadas, y sucede que cuando son demasiadas, la recuperación se va dando paulatinamente. Siendo estas otras capas las primeras en ser tratadas de forma que la enfermedad no se vuelva a repetir.
Este método es muy recomendado, ya que a diferencia de otros tratamientos holísticos o de energía, que funcionan como resultado del creer, para el Reiki esto no es necesario; incluso se puede aplicar en personas escépticas, obteniendo exactamente los mismos resultados.
El Reiki puede ser utilizado en animales y plantas, lo cual nos muestra una vez más que la sanación que se obtiene a través de este método no se consigue a través de la fe. Sin embargo, en muchos casos no es posible sanar a una persona que quiere dejar avanzar su enfermedad. Por lo tanto, el deseo de sanar, sí es un factor sumamente importante.
