La litiasis (conocida como cálculos renales o piedras del riñón) se produce, mayormente, por la escasez de líquido ingerido, excesivo consumo de sal, proteínas y oxalatos.
A través de estas recomendaciones, te ayudaremos a evitar los cálculos para así mantener el buen funcionamiento de todos tus organos:
1. Mantén una buena hidratación
- Deberías beber un poco más de 2 litros de agua diariamente.
- Cuando las temperaturas estén elevadas, los expertos recomiendan aumentarlo a casi 3 litros para compensar la deshidratación por sudor.
A través del color de tu orina, podrás comprobar si estás tomando la cantidad correcta de líquidos (debe ser color amarillo claro).
2. Evita los refrescos
Especialmente las bebidas de cola, y evita el abuso del té y del café. Expertos recomiendan tomar zumos de frutas en sustitución de los refrescos.
3. Controla la dieta
Es importante que mantengas una dieta balanceada, porque el aumento excesivo de peso conlleva a sufrir cólicos nefríticos e incrementa gel riesgo de padecer complicaciones renales.
Incluye frutas y verduras a tu comida diaria, evitando consumir las proteínas de origen animal, el chocolate, frutos secos, y la sal. Las frutas cítricas deberían ser la prioridad.
4. La prevención es la mejor opción
Ser precavido en lo que consumes ayudará a mejorar tu salud y la de tus riñones. Recuerda que son de suma importancia, y si fallan, tendrás que recibir un trasplante o recurrir a la diálisis.
De igual forma, te damos a conocer los síntomas de piedras en los riñones:
- Generalmente, comienza con un dolor fuerte en la zona inguinal que se difunde a los genitales externos por el tracto urinal.
- Dolor lumbar, sangre en la orina, infección en el aparato urinario, son otros síntomas más avanzados.
Los cálculos renales, si son pequeños, se expulsan por la orina; sino, debes ser intervenido quirúrgicamente.
El dolor es intenso, puede ser comparado con el de una fractura o el de un parto. Incluso, podrías pensar que es un dolor muscular.
Acude al médico en caso de que el dolor persista, presta atención al color de tu orina y alerta a tu médico si te duele al expulsarla.
