¿Comedor compulsivo, yo?

Mujer con muchas pizzas al rededor.

Comer es fundamental para vivir activa y saludablemente, pero hacerlo en exceso no es sinónimo de salud y de bienestar, por el contrario, esta situación puede ser un indicativo de un desorden alimentario que identifica al paciente como comedor compulsivo.

Las personas que viven con este trastorno se identifican porque cambian sus hábitos alimenticios de manera radical; aumenta en exceso la cantidad de alimentos que consumen, y acostumbran hacerlo a toda hora. La psicóloga Guillermina Sánchez, explica que: “Este cambio de comportamiento se extiende hasta llegar a cambiar las costumbres sociales del individuo, los comedores compulsivos tienden a separarse de las personas que antes frecuentaban, como los amigos, la familia e incluso la pareja”.

La especialista advierte que en la mayoría de los casos, un comedor compulsivo tiene un trastorno emocional previo, quizá por un cambio de pareja, el abandono de los padres, problemas en la escuela, entre otros, y este vacío en su vida emocional o afectiva lo cubre comiendo cada vez más. “Comer los hace evadir u olvidarse un poco de sus problemas. Lo complicado es que muchas personas no le dan la importancia que merece, hasta que estos excesos desencadenan enfermedades crónico degenerativas, como es el caso de la diabetes, la hipertensión o problemas arteriales”.

Hombre com mano en la panza.

Afortunadamente existe solución al alcance de la mano, y en este proceso, el apoyo de la familia es fundamental, dado que son las personas con las que conviven y que pueden percatarse de los cambios alimentarios y de comportamiento del paciente. Lo importante como familiares o amigos es que antes de juzgarlos o criticarlos, contribuyan a encontrar el origen de su actitud, a fin de ayudarlos a encontrar el camino para superar su problema, recomienda la psicóloga Guillermina Sánchez.

La psicóloga Guillermina Sánchez sugiere contestar el siguiente test, el cual ayuda a detectar si hay riesgo de calificar como un comedor compulsivo, si obtiene más de tres respuestas positivas es recomendable que solicite apoyo de un especialista:

¿Come cuando no tiene hambre?
¿Tiene atracones de comida sin razón aparente?
¿Tiene sentimientos de culpa o remordimientos después de comer en exceso?
¿Dedica demasiado tiempo y atención a la comida?
¿Anticipa con placer y expectación los momentos en que puede estar solo para comer?
¿Planea con anticipación los atracones secretos?
¿Comes con mesura frente a otros y luego los compensa cuando está solo?
¿Está su peso afectando su manera de vivir?
¿Ha tratado de hacer dieta por una semana o más si haber logrado su meta?
¿Se resistes a los consejos de otras personas cuando le piden que tenga fuerza de voluntad para dejar de comer?

El autoconocimiento es un elemento vital para el tratamiento de este tipo de trastornos, pues de esta manera es posible detectar situaciones que comprometen el bienestar emocional y estar alertas para pedir apoyo oportuno tanto a la familia, como a los profesionales de la salud.

 

Yanet Vázquez Cano
Colaboración de Fundación Teletón México.
Bojorge@teleton.org.mx

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