Ciegos que no ven la grandeza

Embarazo

La noticia les cayó como un jarro de agua fría por lo cruel e inesperado. El bebé que esperaban venía con unas lesiones irreparables y, si sobrevivía al embarazo, moriría a las pocas horas de nacer. La historia ocurrió hace unos meses en Madrid, y los jóvenes padres lo cuentan ahora con una mezcla de serenidad y aplomo. No eran nuevos en esto: ya tenían tres hijos pequeños y el que venía, el cuarto, era un niño querido y deseado.

  • En estos casos, procede recurrir a una interrupción voluntaria del embarazo les explicó el ginecólogo sin alterar lo más mínimo el rictus. ¿Cuándo les iría bien?

Los padres se miraron sorprendidos por la frialdad y la rutina del médico, que hablaba como quien te invita a un café o te comenta que amenaza lluvia.

  • Perdone, pero es que no entra en nuestros planes el aborto– afirmó ella con decisión y tranquilidad, evitando el eufemismo.
  • Quizás no me he explicado bien insistió el médico, pasando a un tono condescendiente y paternalista. Lo que le quiero decir es que este embarazo no tiene ninguna posibilidad; a usted le quedan aún varios meses de gestación, con las incomodidades que eso conlleva y que no tiene sentido que las padezca, además del riesgo que supone para su salud.
  • Sí, le hemos entendido perfectamente, pero no vamos a acabar prematuramente con la vida de nuestro hijo, añadió el padre.

 

Original. 

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