Centro de Union


Todos los días experimentamos un mágico crepúsculo entre nuestros estados de sueño y de vigilia. Durante este breve lapso, nuestras mentes aùn recuerdan que todas las cosas son posibles. Si antes de levantarnos de la cama acudimos primero a nuestro corazón, podemos entrar suavemente en el mundo físico sin perder el sentido de esperanza.

Nuestro corazón, como centro, constituye la unión entre el cuerpo y el espíritu, el instinto y la inspiración.

No es difícil tener un pensamiento de amorosa gratitud hacia aquello que pulsa dentro de nosotros; en un simple momento podemos examinar todo lo que queremos lograr a la luz del amor. Cuando adquirimos el hàbito de empezar nuestro dia desde el corazón, todas nuestras actividades resplandecen con la infusión de un proposito consciente y todas las interacciones suceden con compasión.


Podemos iniciar nuevamente nuestro dia, en este momento, imaginando como se sienten el amor y la inspiración. Mientras la luz brilla desde nuestro corazón, irradiando hacia fuera a través de nuestros cuerpos al espacio que nos rodea, cualquier sentimiento de estrés o frustración parece diluirse. Ahora, en nuestros encuentros, contemplamos a cada persona como un compañero en el viaje de la vida y cada actividad forma parte de una sociedad espiritual. Como participantes conscientes en el ciclo de dar y recibir, compartimos nuestra luz con otros y también somos vitalizados con nuestro corazón, como guía del camino.

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