En las cosas necesarias, la unidad…  en las dudosas, la libertad…   y en todas las cosas, la caridad. San Agustín

Tener una actitud de ayuda se refiere a estar dispuesto a asistir o auxiliar a los demás en determinada obra o porque lo necesiten o soliciten. Es un valor muy importante porque todos en un momento dado hemos tenido un problema que no podemos resolver solos. Así, podemos afirmar que este valor esta vinculado con la solidaridad, la compasión, la cooperación y la caridad. Esta última es una de las virtudes teologales, y si revisamos el diccionario encontraremos que tiene varios significados, entre ellos el que se refiere a tener una actitud solidaria para auxiliar a alguien que lo necesita.

La caridad y la actitud de ayuda no se refieren únicamente a un asunto monetario o físico, sino que también esta implicado el darle consuelo a una persona mediante palabras de aliento. Incluso se es caritativo cuando hacemos un espacio en nuestra ocupada agenda para que un amigo se desahogue con nosotros.

El valor de la caridad nos hace sentir bien, es como un alimento para el alma. ¿Recuerda la última vez que ayudo a alguien? ¿Como se sintió? Piense que ayudar a los mas es uno de los pasos que hay que dar para comenzar a cambiar el mundo; es necesario dejar de lado esa actitud egoísta que nos lleva a preocuparnos únicamente por nuestro propio bien; siempre podemos encontrar a un amigo, un familiar o un completo desconocido que necesita ayuda, incluso nosotros mismos podemos necesitarla ahora mismo.

Siempre podemos empezar por los detalles mas pequeños, como ayudar a cruzar la calle a un niño o a un anciano, dar limosna a un discapacitado que lo necesite o donar ropa que ya no usamos a un albergue.

Tome en cuenta algo, la caridad nos hace mejores personas solamente si de verdad actuamos con sinceridad, de lo contrario, si lo hacemos para quedar bien con la gente o para cuidar la reputación, se estará teniendo una actitud egoísta.