Aseguran que los chicos con Síndrome de Down en las aulas favorecen la experiencia escolar

Especialistas y padres coincidieron en que cuando se respeta el derecho de los chicos con Síndrome de Down a asistir a escuelas comunes el beneficio es para todo el sistema educativo, ya que la experiencia de inclusión contribuye a reforzar el aprendizaje en valores.

“A veces pareciera que nada más vamos a la escuela a instruirnos, a saber cuánto es dos más dos, dónde quedan determinados países, dejando de lado el aprendizaje de valores que tienen que ver con crecer en la diversidad”, aseguró Pedro Crespi, director ejecutivo de Asdra, la Asociación de Síndrome de Down de la República Argentina, que entre hoy y mañana organiza las jornadas «Inclusión de alumnos con síndrome de Down en las escuelas comunes: claves para su éxito».

Crespi puso como ejemplo que “si un chico que tiene la posibilidad de aprender con otro que tiene discapacidad intelectual un día se convierte en médico, va a estar mejor preparado para dar un diagnóstico difícil y lo va a dar desde las potencialidades y no desde las limitaciones».

DebateCrespi tuvo a su cargo las palabras de apertura de las jornadas que se están realizado en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas y están dirigidas a docentes y directivos de escuelas comunes, estudiantes, padres y profesionales de apoyo para la inclusión escolar.

En Argentina, 9 de cada 10 chicos con algún tipo de discapacidad no tiene acceso a la educación primaria en escuelas comunes, a pesar de que el país ratificó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que consagra este derecho y que la nueva Ley Nacional de Educación recoge la perspectiva de una educación inclusiva.

Es que lo que la ley no puede operar por sí sola es el cambio cultural necesario, que permita dejar de lado la cadena de estereotipos y prejuicios que en muchas ocasiones impiden que una persona con Síndrome de Down pueda cursar la primaria en una escuela común.

“Generalmente hay una tasa decreciente: hay inclusión en el jardín de infantes, disminuye un poco en la primaria y disminuye abruptamente en la secundaria», afirmó Gabriela Santuchone, abogada de la Red Amparar.

«Y se da por norma que si algún chico que tiene la terminalidad de la primaria pero no puede acceder a alguno de los contenidos curriculares de la secundaria, no puede ir a la secundaria. De esa manera, se está poniendo la currícula por encima de los chicos”, agregó.

Entre los causas de esta situación, la especialista mencionó el preconcepto de `la falta de capacitación docente`, la resistencia sindical y el desconocimiento de los propios padres que en ocasiones impiden que inscriban a sus hijos en escuelas comunes.

“Una vez que logran ingresar, que se abren las puertas de la escuela, ellos son su mejor publicidad y logran permanecer” demostrando que sí pueden, afirmó Emilio Ruiz, psicólogo de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, uno de los expositores invitados.

Síndrome de Down
Entre los estereotipos a desterrar, el especialista mencionó prejuicios negativos -como que las personas con síndrome de Down no pueden aprender a leer, que cuanto más marcados son sus rasgos más profunda es su discapacidad o que ésta `contagia`- y prejuicios “positivos”, como aquellos que indican que son niños eternos o angelitos y que también los perjudican porque les impiden desarrollarse plenamente.

Lo más peligroso de estos prejuicios y estereotipos es que están muy arraigados, son muy difíciles de eliminar y -fundamentalmente- fundan decisiones.

“Hasta hace poco tiempo, esas actitudes, emociones y creencias llevaban a que no se los eduque -`porque total no van a aprender`-, no se los curara -`porque total se van a morir`-, no se les ofreciera un puesto de trabajo-`porque no están capacitados`-“, explicó.

El psicólogo español consideró que “la etiqueta que le ponemos al Síndrome de Down es fruto de la pereza intelectual. Una persona puede superar una discapacidad, lo que difícilmente pueda superar es una etiqueta mental”.

Para Ruiz, la única forma de desterrar estos prejuicios y estereotipos acerca de las personas con Síndrome de Down es entablando una relación cercana con ellos, participando en las mismas actividades, e informándose. Y la escuela es un ámbito privilegiado para comenzar a hacerlo.

“Una escuela inclusiva crea sociedades inclusivas”, redondeó Javier Speroni, de la comisión directiva de Asdra.
Fuente: Telam.com.ar

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