Ante la tartamudez, no te calles

Niño

Una jornada como la de hoy, ha de ayudarnos a entender las dificultades de los tartamudos para comunicar y todas las implicaciones personales, sociales, familiares y laborales. Es también la ocasión idónea para ofrecer solidaridad, comprensión y apoyo a quienes sufren este un trastorno de la comunicación.

Existen dos tipos de tartamudez:

  1. La tartamudez propia del desarrollo. La primera es la forma más frecuente. Surge en la infancia durante la adquisición y el desarrollo del lenguaje. Afecta al 5% de los niños, con una incidencia superior en los varones. En la mayoría de ellos remite de forma espontánea o gracias a la logopedia pero existe un 1% de los casos en los que persiste hasta la edad adulta. Se trata de fenómeno que toca a casi medio millón de españoles y a unos 75 millones de personas en todo el mundo. 
  2. La tartamudez neurógena: La tartamudez adquirida es un trastorno mucho más minoritario, que por lo general aparece durante la edad adulta en individuos que no han sufrido ningún trastorno del habla en el pasado. Existen dos tipos de causas que dan origen a este tipo de tartamudez.
    1. Tartamudez psicógena es una alteración de la conducta surgida a raíz de una situación traumática o de estrés físico o emocional.
    2. Tartamudez neurógena aparece como consecuencia de una lesión neurológica identificable.

¿Cómo reconocer el tipo de tartamudez?

Estas son algunas características que pueden ayudar a distinguir la forma neurógena de otras formas de tartamudeo:

  •  Las disfluencias, o interrupciones involuntarias del habla, aparecen con un porcentaje similar en las palabras sustantivas y no sustantivas.
  • Las repeticiones, prolongaciones y bloqueos afectan a palabras situadas en cualquier posición, a diferencia de la tartamudez del desarrollo, en que es típica la palabra en posición inicial.
  • El tartamudeo se manifiesta de manera uniforme en el curso de diferentes tareas verbales (conversación, explicación, repetición y lectura).
  • El hablante puede aparecer molesto, pero no demasiado angustiado por el tartamudeo.
  • Los síntomas secundarios son poco frecuentes (muecas faciales, puños apretados, parpadeo u otros movimientos involuntarios).
  • No hay efecto de adaptación (no se aprecia una disminución de las disfluencias con la lectura sucesiva de los mismos fragmentos de texto).

El diagnóstico diferencial entre tartamudez neurógena y psicógena no siempre es sencillo. El rasgo que más garantiza el diagnóstico diferencial entre la tartamudez psicógena y las otras formas de tartamudez es la respuesta favorable y rápida de la primera al tratamiento.

La tartamudez debe analizarse en el curso de distintas tareas verbales, como conversación, explicación, repetición y lectura. Es preciso determinar el ritmo del habla, su frecuencia y tipo (pausa, bloqueo, prolongación, repetición) y la duración de las disfluencias. También lo es la identificación de la posición de las disfluencias en la palabra y su frecuencia relativa en las palabras sustantivas y no sustantivas.  

¿Cómo tratarla?

La terapia logopédica sigue siendo el pilar del tratamiento contra la tartamudez. Son múltiples las estrategias destinadas a mejorar la fluidez:

  • facilitación léxica,
  • reducción del ritmo del habla,
  • mecanismos modificadores o modelizadores de la fluidez,
  • efecto de coro,
  • habla pautada con metrónomo,
  • habla no automática,
  • cambio en el tono vocal,
  • ruido blanco,
  • canto
  • técnicas de control vocal.

No existe consenso sobre cuál es el más eficaz de los métodos barajados; se pueden aplicar solos, consecutivamente o combinados.

Asimismo, existen aparatos electrónicos que mejoran la fluidez verbal a través de mecanismos que la modifican o la modelizan. 

  • En la retroalimentación auditiva retardada –delayed auditory feedback (DAF)–. Se trata de un aparato que retrasa la voz del usuario, que llega a sus oídos con el fin de reducir el ritmo del habla, lo que a su vez mejora la fluidez verbal. 
  • En la retroalimentación auditiva de frecuencia desplazada –frequency altered auditory feedback (FAF)–: El rango de frecuencias del discurso del hablante se altera, lo que provoca una distorsión del tono que éste percibe y da la sensación de que alguien está repitiendo su discurso con una voz distinta. 
  • En la retroalimentación auditiva enmascarada –masking auditory feedback (MAF)– se añade un ruido externo para impedir que el hablante se oiga a sí mismo. Como ya no se escucha, comienza a controlar la voz únicamente con la propiocepción, lo que se traduce en una disminución de la disfluencia.

El tratamiento farmacológico no ha demostrado tener un beneficio probado, a pesar de la descripción de diversos tratamientos de esa índole. La tartamudez neurógena es un trastorno poco frecuente cuya incidencia epidemiológica aún no se ha definido totalmente. Puede sobrevenir a consecuencia de varios trastornos neurológicos y lesiones de diversa ubicación, y a pesar de avances recientes no se ha descubierto ningún mecanismo fisiopatológico que la explique plenamente.

 

Original. 

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