A la depresión no se le debe menospreciar

Chris Cornell

He estado dándole vueltas a cómo abordar el tema de salud mental, de entrada acepto no ser ninguna experta, estudié introducción a la psicología durante dos semestres de la carrera y cursé un diplomado en psicoterapia humanista/coaching. También he pasado por momentos de depresión y asistido a terapia alguna vez; resulta que cuando lo hablo abiertamente mucha, muchísima más gente de la que me imaginaba ha estado en el mismo caso, sin importar su nacionalidad, condición social o económica. Investigando un poco, la Organización Mundial de la Salud asegura que en el 2020 la depresión será la principal causa de discapacidad en todo el mundo.

Lo que me convenció de tocar este tema fue la lamentable muerte de Chris Cornell, las canciones de Soundgarden y Temple of the Dog, interpretadas con su voz grave y profunda me acompañaron durante mi vida universitaria. Pero debo confesar que si algo me trajo dándole vueltas desde hace unas semanas fue ver completa y «de corridito» la serie de 13 Reasons Why, para algunos es el Twilight al tema de vampiros de la salud mental, yo le encontré toques «cursilones», errores fatales en el maquillaje y en algunas secuencias, de todas formas el tema me hizo ruido y me movió.

La primera vez que tuve un encuentro cercano con la depresión llevada hasta estas consecuencias fue siendo estudiante del primer año de universidad. Un mejor amigo de mejores amigos míos se ahorcó en el baño de su mamá, era de mi edad (19-20 años), es un momento del pasado que había olvidado por completo y que el drama televisivo rodeado de tecnología noventera de Hanna Baker me lo recordó: nunca me imaginé que alguien con el que había convivido y reído a gusto estaba pasando por alguna pena tan grande como para quitarse la vida. En pocas palabras, a mí y a mis amigos en común nos parecía alguien muy «normal» como para haber tomado esa decisión, pero ¿qué es normal?

Además en ese entonces (hace dos décadas) la depresión era un tema tabú con algunos visos de romanticismo gótico y otros adornos que lo hacían ver como algo lejano. Así que cuando la gente común y corriente notaba que alguien estaba sumamente triste, la reacción era sugerirle que le «echara ganas» y muchos deprimidos en cuestión le «echaban los kilos» sin notar realmente ninguna diferencia. Qué difícil es saber lo que está pasando por la mente de otras personas: hace unos cinco años un compañero de carrera se suicidó, era de lo más alegre y simpático, aparentaba felicidad absoluta, acelere constante, tenía amigos por todas partes, era extrovertido y súper simpático.

¿Culpa de la tecnología?

Justo coincidió que terminé de ver todos los capítulos cuando circuló la noticia de «La Ballena Azul» con sus retos que culminaban en suicidio a manera de triunfo. Estaba pensando en como platicarle de eso a mis hijos de 9 y 7 años desde un punto de vista infantil y adecuado para ellos, por si se diera la remota posibilidad de que se enteraran por otro lado. Cuando saliendo de una reunión en casa de amigos con hijos de la misma edad, mis dos niños por separado me platicaron angustiados que el grupo de amiguitos contemporáneos intentó averiguar de qué se trataba La Ballena Azul en la computadora, pero que como tenía candados solo alcanzaron a ver a una joven con el brazo sangrado porque se lo había cortado.

Es muy grave la cantidad de información a la que cualquier niño normal tiene acceso gracias a la tecnología. Hace poco leí en el New York Times un artículo firmado por el escritor experto en internet Seth Stephens-Davidowitz que asegura que las Redes Sociales son un importante factor de depresión: «ya es oficial. Algunos académicos analizaron la información y confirmaron lo que presentíamos. Las redes sociales nos están deprimiendo. Todos sabemos que los demás no pueden ser tan exitosos, ricos, atractivos, relajados, intelectuales o dichosos como parecen serlo en Facebook. Sin embargo, no podemos evitar comparar nuestra vida interior con las vidas maquilladas de nuestros amigos».

(VIDEO: Un tema preocupante)

Responsabilizarse de la propia salud

Creo que como padres hay que estar muy pendientes de lo que nuestros pequeños ven, escuchan y de las cosas que se enteran para poder explicarles de qué se trata pero cuidando no darles información de más. Además, es nuestra responsabilidad estar muy pendientes de nuestro propio estado de salud, nadie mejor que uno mismo para detectar que algo no está bien: en el caso del vocalista de Audioslave la primera en ser cuestionada fue su esposa Vicky Karayiannis, según ella su marido nunca demostró síntomas de depresión y ahora pasó a formar parte de las 800,000 personas que se suicidan cada año según la OMS, otro dato alarmante que arroja es que 20% de los niños y adolescentes tienen un problema de salud mental.

 

 

Encuentro que hay materias obsoletas en el temario escolar, es innecesario estudiar algunas cuestiones técnicas y talacheras que cada día se vuelven más automatizadas gracias a la robótica. Hoy en día se debería incluir Salud Mental como materia básica, es necesario entender que la depresión se trata de una enfermedad que cada vez toma más fuerza y no se le debe discriminar, ni menospreciar. Bien por los neurólogos, psicoanalistas, psiquiatras y otros especialistas del cerebro humano que se toman en serio su profesión. Prepárate hermana (mi psicoanalista favorita) porque te auguro un «titipuchal» de trabajo en los próximos años.

 

 

Original. 

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