Tras el arrollador éxtito de Ocho apellidos, Dani Rovira vuelve a compartir cartel con Karra Elejalde, a los que se les suma Alexandra Jiménez para protagonizar 100 metros, la última película dirigida por Marcel Barrena. Los tres actores, acostumbrados a hacernos reír en comedias, se pasan al otro lado para ofrecerernos un drama que cuenta la vida de Ramón Arroyo, un hombre con esclerósis múltiple que se propone el reto de convertirse en atleta.
Por su parte, el divertido Dani Rovira se enfrenta a uno de los grandes retos de su carrera: meterse en la piel del protagonista y dar así vida a un tremendo drama muy alejado de su habitual registro, el humor. «Esta película me ha cambiado muchísimo. Está siendo algo muy enriquecedor para todo el equipo», afirmaba el malagueño.
100 metros supone el gran cambio de registro de Dani Rovira, ya que pasa de comedia al drama, aunque no ha supuesto ningún problema para el camaleónico actor: «Me siento muy a gusto y no renuncio a la comedia porque ha sido mi mejor amiga desde que he nacido y me ha dado todo lo que tengo, pero probar otras cosas me parece muy interesante».
¿Cómo está siendo la experiencia del rodaje y por qué aceptaste el papel de Ramón?
La experiencia está siendo algo muy enriquecedor para todo el equipo porque desde el primer día tenemos todos la sensación de estar haciendo algo más que una peli, es algo muy especial. Acepté porque es una responsabilidad muy grande que contar. A nivel personal y profesional porque era un proyecto que te empujaba a salir de tu zona de confort, salir de la comedia y hacer algo diferente y también porque me gustó el reto de poder contar la historia de Ramón, que ya había visto el informe Robinson y a raíz de conocerle a él y la enfermedad, me tomé la película como una especie de reto personal.
Te vemos muy delgado, ¿ha sido por el rodaje?
Yo ya iba perdiendo un poco porque con la crisis de los treinta me empujó a hacer deporte a saco, pero al empezar la peli me quise preparar físicamente porque sabía que iba a ser dura. Luego, tres semanas antes de empezar la peli, la productora nos comentó que los organizadores del medio Ironman de Calella nos habían reservado un dorsal a Ramón y a mí, fue muy bonito el motivarnos el uno al otro, la vamos a hacer en mayo. Yo estoy motivado por Ramón y él, que estaba pasando una época un poco jodida con la enfermedad, cómo es cabezón como él solo, también se la está preparando. Estoy viviendo un proceso de entrenamiento para hacer un triatlón.
¿Cómo está siendo el trabajo con Marcel Barrena?
Está siendo muy fluido, me parece muy enriquecedor que el director sea también el guionista, ha ido escribiendo el guion durante dos años, cotejándolo semana a semana con el propio Ramón, eso ya me infunde todos los respetos. Al ser una persona de mi edad que nos parecemos mucho, tiene una sensibilidad muy especial, nos hemos entendido muy bien, es una persona muy abierta a las propuestas que le hacemos y está siendo una cosa muy fluida, muy fácil rodar con él, nos vamos apoyando. Llega un punto en la película que estás tan metido en el personaje que le propongo cosas porque creo que conozco al personaje de Ramón como lo puede llegar a conocer él o más, está siendo muy enriquecedor, en todo momento estamos sumando.
No habías hecho comedia hasta ahora, es el primer registro distinto que haces, ¿no?
La cuarta película que rodé se estrenará en primavera, El futuro ya no es lo que era. No es ni mucho menos una película de superación personal pero es un cambio de registro bastante grande. El director dice que es una película romántica 20 años después, ¿qué sucede con estas películas románticas cuando ya esa chispa se ha acabado? Pero en esta ha sido el paso definitivo que si viene la comedia venga de una manera situacional, la comedia viene también por ese ambiente crispado que hay entre mi suegro y yo, cuando hay tanto odio salta la comedia. Me siento muy a gusto y no renuncio a la comedia porque ha sido mi mejor amiga desde que he nacido y me ha dado todo lo que tengo, pero probar otras cosas me parece muy interesante.
A nivel personal, ¿te ha afectado un proyecto como este? ¿te ayuda a poner cosas en perspectiva? ¿te ha cambiado por dentro?
Me ha cambiado muchísimo porque te resitúa, empiezas a valorar lo que tienes, a descubrir que hay gente que nace con unas cartas muy complicadas pero aun así quiere jugarlas y a lo mejor tú que tienes un trío de ases te quejas. Es una película que nos ha resituado a todos los del equipo. Sobre todo cuatro días que estuvimos rodando en el instituto Guttmann, fue maravilloso, quiero agradecer y aplaudir a todos los figurantes porque eran enfermos que decidieron hacerlo y han sido de los días de rodaje más bonitos que he vivido en mi vida.
Decías que estabas pasando la crisis de los treinta, ¿cómo la llevas?
Bueno ya son 35, lleva ya cinco años la crisis. La llevo muy bien, cada vez me siento mejor. la crisis me la tomo de manera muy saludable. Empiezas a cuidarte un poco la alimentación, hacer más deporte, intentas no excederte mucho. Yo soy muy mal enfermo, entonces intento cuidarme y tener calidad de vida.
Vuelves a coincidir con Karra, ¿cómo ha sido la experiencia?
Maravillosa porque de cinco pelis que llevo son tres con él. La amistad que tenemos es una cosa muy autentica y es muy bonito currar con alguien con el que siempre has hecho comedia pero desde otro punto, estamos aprendiendo mucho. Es el rodaje en el que más nos estamos riendo, supongo que un rodaje en el que la gran mayoría de secuencias llevan mucha tensión, luego cuando cortas para comer o en los tiempos muertos nos estamos riendo todos mucho porque creo que es como más necesario. Karra es el karra 5.0, no se si hay más pero es maravilloso.
